El mal humor
Esta semana viví dos situaciones cotidianas, una de ellas me generó mal humor, estrés o ansiedad mientras que la otra no, y ahora entiendo la razón. Resulta que fui a recoger al aeropuerto El Dorado de Bogotá a un voluntario que venía a colaborar. Faltando un kilómetro para llegar el coche comenzó a sonar muy raro, pero decidí llegar y aparcar, para recoger a Isaac. De regreso, siguió sonando de nuevo y confié en que nos dejaría llegar al apartamento donde le iba a alojar. Ef