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La SOLEDAD como herramienta personal


Hace ya tiempo que vengo deseando hablar de este tema, tan importante en mi vida y hasta ahora encuentro el momento. Son muchos años ya viviendo la SOLEDAD y creciendo con ella. Desde mis numerosos viajes por el mundo, experiencias de voluntariado internacional o de crecimiento personal, la soledad ha sido fiel compañera y guía. Incluso en los últimos años, donde he formado familia, encuentro esta aliada clave en mi día a día. Son muchos los momentos que me he regalado y que han ido puliendo mi carácter y esculpiendo mi ser, momentos de volver a nacer.

Considero imprescindible hablar de la soledad en términos positivos, ya que esta sociedad express, que produce consumidores a gran escala y nos invita a la vida sin sustancia, ha denigrado el uso de este termino. La soledad a diferencia de otras opciones externas, es fuente de sabiduría, autoconocimiento y crecimiento espiritual. La soledad es amiga, es maestra y diestra. Sin espacios libres de humo, de comunicación y de ruido resulta muy difícil encontrar el significado o sentido a la vida, desarrollar nuestra capacidad de amor y servicio a nuestros hermanos. Sin la soledad no podemos apreciar nuestra naturaleza esencial, ni la esencia de la naturaleza. No podemos vivir el momento pleno, porque no hay plenitud sin quietud.

Quiero mencionar algunas experiencias donde la soledad ha sido fundamental para desarrollar mi potencial.

La primera ha sido en los viajes, desde Londres a Manhattan, pasando por Éxeter, Madrid o países como Alemania. En estos viajes la soledad me ha ayudado a desarrollar mi creatividad y optimismo, a viajar ligero de equipaje y superar adversidades. He podido tomar decisiones y seguir caminos difíciles gracias a experiencias anteriores vividas en soledad y que me llenaron de seguridad.

Otro aspecto donde ha sido clave la soledad ha sido en experiencia de voluntariado internacional. Tras viajar a África, India, Colombia y México y vivir unos meses esas duras realidades, he podido digerirlas y aprender de ellas en momentos conmigo mismo, sin poder contarle a nadie. Es ahí donde he podido sentir emociones únicas, donde he podido escuchar y comprender contextos e historias duras, donde he podido reflexionar sobre acontecimientos y experiencias puras. La soledad me da perspectiva y capacidad de imaginar. Me ayuda a revivir historias difíciles de procesar. La soledad, la soledad.

También ha sido parte del éxito, en esta nueva fase de mi vida, donde como autor y conferenciante he podido desarrollar conceptos e historias para ser contadas, donde he podido planear y reinventarme de la nada. La soledad en las mañanas, mientras la gente duerme y uno se prepara. La soledad para invertir en mi, para leer, escribir, rezar, meditar, escuchar, estudiar y crecer cada día más. La soledad para revisar, progresar y reajustar. La soledad para agradecer y bendecir la cotidianidad. La soledad para mi desarrollo espiritual.

Que sería de mi vida sin esta gran verdad: La soledad es imprescindible en el camino de la verdad y la vida. La soledad es amiga. Serás una persona plena y con sentido en la medida que aprendas a vivir en soledad contigo.

No concibo mi vida sin esta aliada, sin momentos de conexión y contemplación al alba. No concibo mi vida sin cuidarla, sin buscar momentos para saborearla.

Y tu, ¿Cómo te relacionas con la soledad?

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