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El mal humor


Esta semana viví dos situaciones cotidianas, una de ellas me generó mal humor, estrés o ansiedad mientras que la otra no, y ahora entiendo la razón. Resulta que fui a recoger al aeropuerto El Dorado de Bogotá a un voluntario que venía a colaborar. Faltando un kilómetro para llegar el coche comenzó a sonar muy raro, pero decidí llegar y aparcar, para recoger a Isaac. De regreso, siguió sonando de nuevo y confié en que nos dejaría llegar al apartamento donde le iba a alojar. Efectivamente lo logramos, y pude hacer la inducción en el recorrido, así como al mostrarle el apartamento y acompañarle a hacer una pequeña compra de alimentos.

Cuando me subo de nuevo al coche son casi las 11pm. No tengo muchas opciones para llegar a mi casa, que se encuentra a unas 2 horas de distancia. Así que decido seguir, pero a los 10 minutos el coche comienza a fallar, se apagan las luces y muestra una señal encendida, me he quedado sin batería. Pruebo y arranca una vez más, paso despacio por un parque oscuro, donde la policía esta registrando a un par de jóvenes que parecen estar fumando hierba en unos columpios, mal lugar para quedarme tirado, gracias a Dios el coche sigue andando. Finalmente se para en una calle residencial, hasta aquí llego y no da más. Reviso y se ha roto la correa del alternador, no puedo solucionarlo.

En lugar de preocuparme en exceso, arrimo el coche a la acera, comienzo las gestiones del seguro y comienzo la espera. Me pongo a leer un libro pero todo se complica en un segundo. Estoy en medio de la nada, con 6% de batería en el móvil y me devuelven la llamada del seguro para decirme que está vencido (luego me entero que hemos cambiado de compañía) y que me busque la vida. Con 4% de batería llamo a una segunda grúa, y al salir corriendo del coche para darle mi dirección antes de que se me apague el móvil, se me quedan las llaves dentro y se bloquea las puertas al momento. La segunda grúa me dice que están todos ocupados y no puede atender mi llamado. Tercer intento con 3%, me confirman que me envían la grúa pero me piden una foto del coche y la ubicación por WhatsApp, alcanzó a enviarla y me llega otro mensaje pidiendo foto de la placa del coche, pero el teléfono se apaga. Confió y espero, hablo con un habitante de calle y le doy algo de dinero para ayudarle. Finalmente la grúa llega y se resuelve la historia de buenas maneras. A la 1.30am llego a dormir, después de incomodarme un rato, pasar frío y caminar, llega la tranquilidad.

La segunda anécdota sucede de camino a Bogotá, donde hacía mucho tiempo que no me pillaba un gran atasco, tarde 3 horas en llegar a mi destino, todo un suplicio. Desde el primer momento sentí calor, me quite la chaqueta pero no funcionó. Mucho tráfico y mi enfado aumenta por momentos, incluso casi tengo un accidente por tratar de ganar un puesto. El “Maps" marca 13 minutos, después 10 a mi destino, y tardo 1 hora más de lo previsto. Canto alguna canción con mi hija, pero no logra quitar del todo el enfado que llevo encima. Siento que no estoy de acuerdo con esto, que no es humano soportar este tráfico. Llego sudando, cabreado y habiendo perdido la mañana sin hacer nada.

Dos situaciones cotidianas donde me afecta más la segunda que es más sencilla, es el día a día de muchas familias. Sin duda encuentro la explicación, me gusta la acción, manejo bien la incertidumbre y la improvisación, por eso la situación más atípica, o que podría enfadar a mucha gente, a mi me afecta de forma diferente. Sin embargo, en ocasiones me dejo afectar más por la segunda, debido a que estoy viviendo en el campo, me he acostumbrado a la naturaleza, al silencio y la soledad, a caminar. Por eso meterme en un coche 3 horas es una eternidad. Normalmente voy a Bogotá en transmilenio o en bus, siempre leyendo y se pasa el tiempo volando, casi ni me entero.

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