Acabo de terminar de leer EL GRAN REFORMADOR, la biografía de Jorge Bergoglio y también estoy viendo la serie de Netflix sobre su vida, por lo que me atrevo a compartir, especialmente para aquellos que no dispongan de tiempo para leer las 567 páginas de su libro, algunas historias que encuentro interesantes, y con las que me identifico.
- Una lección importante que nos deja su vida, es cuando relegado de sus funciones como superior provincial de los Jesuitas en Argentina, pasa unos meses en Alemania preparando su tesis, como un simple estudiante. Para una persona que ha asumido desde muy joven tantas responsabilidades y se ha visto sometido a numerosas presiones y tensiones durante la dictadura Argentina, este momento le supone un vacío inimaginable. Abandonar todo su trabajo, su forma de entender la iglesia y la fe, sus alumnos y compañeros, la búsqueda de desaparecidos, su familia y amigos. Este es un momento crucial en su vida, para practicar y aprender a dominar la paciencia, para fortalecer su esperanza y seguir confiando más que nunca en Dios.
Creo que todos los líderes pasamos por momentos de creación y también es importante saber gestionar los de reflexión. Momentos de cambios, de incertidumbres, de pausa y asimilación de lo aprendido. Momentos de espera y desesperación. Siento que hay ocasiones en las que debemos parar y no nos damos cuenta y seguimos y seguimos adelante sin que nada nos salga. En ese momento nos creemos seres autónomos y damos por echo que todo depende de nosotros. En ocasiones es necesario soltar, dejar de hacer, dejar que las cosas ocurran, porque así y solo así Dios puede actuar en nosotros y nuestras vidas.
Recuerdo cuando tuve que parar por unos meses e ir también a vivir a Alemania. Era la única opción para trabajar y poder pagarme unos estudios, pero habiendo encontrado ya mi propósito y estar ya dándolo forma, me resultaba muy difícil tener que parar de golpe. Sin embargo, lo que supuso una época dura de trabajo en las noches y mucho frío en los Bosques Bávaros, finalmente acabo siendo una gran experiencia personal, un retiro, una contemplación de la naturaleza y una forma diferente de entender la vida. Finalmente pude lograr mi objetivo y volvió la acción en mi vida.
- Otro momento no tan destacado en su historia pero si muy relevante para mí, es cuando de Alemania es enviado a servir a una zona rural de Cordoba, lejos de Buenos Aires, rodeado de cerdos y gallinas, donde estuvo 6 años. Hasta que un buen día, llega un superior con una carta del Papa donde le proponen regresar a la capital y asumir un nuevo reto. Inicialmente dice estar muy feliz en Cordoba, pero es cierto que su talento no está bien aprovechado, pues en Buenos Aires puede servir y ayudar a mucha más gente. Finalmente antepone la decisión del Papa y de Dios a su propia felicidad.
En mi primer viaje a Ghana me ofrecieron la posibilidad de abrir un orfanato. Estaba muy motivado y sin duda me habría echo muy feliz sentirme útil en ese proyecto, dirigiendo el centro y compartiendo con los niños. Pero tras una larga reflexión, entendí que podría ser feliz si tomaba esa decisión, pero podría hacer felices o ayudar a más personas si seguía otro camino. Finalmente nació Hola Ghana, desde donde canalizo fondos y voluntarios para diferentes proyectos en varios países.
- La última historia pero quizá la más emocionante que comparto es cuando Jorge descubre en una iglesia de Augsburgo (Alemania) la imagen de “la Virgen Desatanudos”, que data del 1700. La pintura nos muestra a La Virgen actuando bajo la fuerza e inspiración del Espíritu Santo que está sobre ella en forma de paloma. A su izquierda un ángel le alcanza la cinta llena de nudos, a su derecha otro ángel recoge la cinta ya desatada. La Virgen quiere ayudarnos pero requiere nuestra humildad para dejarnos llevar de la mano. En ese momento Jorge escucha rezar el Ave María a una mujer hispana y le pide por favor que le cuente la historia de esa imagen. Ésta con mucho gusto lo hace además de darle una estampita y traducirle la oración. En aquel momento, Jorge llora y parece recobrar la Paz y seguridad, entregándose en oración a la Madre, y dejando su destino en sus manos.
Recuerdo como si fuera hoy, la magia y sensaciones indescriptibles que viví camino de Santiago de Compostela, como peregrino en busca de fe y seguridad para tomar decisiones. Salí de la catedral de Santiago rebosante de Paz y confiando en el nuevo camino que se abría. Dejándome guiar por la intuición y la fe. Ese punto de inflexión en mi vida ayudó a encontrar mi propósito.
Y tu ¿cómo te identificas con Francisco?
