Increíble como pasa el tiempo de rápido, ya cinco años de casado. Recuerdo aquellos días, cuando comenzamos los preparativos y avisamos a la familia y amigos. Sentía una tranquilidad y una paz inmensa, ninguna duda de que era la decisión correcta. Creo que como dice Valentín Fuster me sentía feliz, tenía la sensación de estar haciendo lo que tenía que hacer.
Primero comencé viviendo en Ciudad Bolivar a mi llegada a Colombia, después nos casamos y vivimos un año en un apartamento en Chía, los últimos 4 hemos tenido la oportunidad de vivir en Tabio, un paraíso en la tierra, un pueblo maravilloso donde compartir con campesinos y rodeados de naturaleza.
El balance de estos años ha sido muy positivo, hemos pasado momentos difíciles pero nos hemos convertido en grandes amigos. Desde perder un bebe hasta luchar casi tres años con el ICBF para adoptar, desde llegar sin trabajo a facturar dando clases y conferencias en empresa y Universidad, desde recorrer el país a tratar de alejarnos del caos de la ciudad, desde no conocer a nadie a tomar tintos con más de 1.000 personas y crear una solida red de amigos y contactos en Colombia.
La entrada de Lulu en mi vida le dio profundidad, me enseño a amar y me ayudo a sacar lo mejor de mi para servir. Siempre he confiado en que sería compatible mi propósito de vida con la mujer de mi vida. Hace unos años, pensaba que sería muy egoísta dedicar mi vida a buscar mi propia felicidad, formar una familia y no preocuparme por los demás. Acabo de ser papa de corazón, la educación de nuestra hija es una prioridad pero sin duda que mi propósito en la vida no puede cambiar, tengo una misión que he venido a realizar. Dicho esto, creo que solamente con el pequeño impacto de lograr que nuestra hija sea una persona de bien ya tiene sentido pasar por este mundo una vez.
Solo puedo dar las gracias, gracias a la vida y mi esposa, gracias a Dios por esta bendición, que sigamos juntos el resto de nuestros días, que podamos seguir amando la vida y a nuestros hermanos, que podamos inspirar a otros desde la familia, esta institución que parece que se tambalea hoy en día, con la búsqueda de placeres y la felicidad en las cosas materiales, pero que tiene el poder de transformar el mundo y transformarte.
