Se que me equivoco a diario y cometo muchos errores sin poder remediarlo. Algunas veces no me doy cuenta y otras lo hago tarde, no hay más remedio que resignarse. Sin embargo, algunas veces ya empiezo a ser consciente, a darme cuenta antes de seguir hablando o cometer un error juzgando una persona o criticando. Creo que es importante no olvidarlo y he diseñado una herramienta para ser más consciente y poder remediarlo, creo que la práctica es la mejor solución para poder lograrlo.
Se trata del Diario del Perdón, una pequeña libreta que me permite tomar anotaciones todos los días, sobre mis errores y equivocaciones cotidianas para liberar la carga, para disculparme con Dios o con la humanidad, con mis hermanos y las personas que he ofendido sin darme cuenta de mi actuar. Este diario he comenzado a escribirlo en las noches, como complemento al diario nocturno que ya utilizo y que en 5 minutos me permite reflexionar antes de irme a dormir sobre los logros, los agradecimientos y aprendizajes del día que acaba de concluir.
Empiezo a pensar y buscar en mi memoria aquellos acontecimientos que no me enorgullecen, con los que no me identifico, que me alejan de la paz, que me quitan energía, apagan mi luz y consumen mi alegría. En este diario hablo de cuando se me escapa algún insulto, cuando juzgo a alguien sin conocerlo, cuando critico a personas por sus comportamientos o subo el tono de voz sin venir a cuento. Escribo sobre cuando pierdo la paz, me envuelve la ira y el enfado va a más. Cuando surge en mi la violencia que se transmite en mi forma de hablar, cuando tengo deseos de golpear a alguien o considero que se merece un castigo y le deseo lo peor o le hecho la madre. También cuando discuto, cuando no pido perdón a tiempo, cuando habla mi ego, cuando no escucho y hablo a destiempo, cuando actúo de forma automática sin saberlo.
Son unos minutos diarios, pero creo que si puedo regalarme esos minutos todos los días, para ser consciente de la peor versión de mi, para escribir sobre ello y analizar mis errores con detenimiento, esos pequeños minutos diarios pueden generar resultados extraordinarios.
