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El hotel

Llevamos unos días movidos, con un proyecto entre manos que finalmente no ha salido, una nueva aventura con la que estaba ilusionado, un cambio de vida para arriesgar e impactar en un valle asturiano.

Nos llego la noticia de un hotel, antigua escuela del pueblo, que lo estaban alquilando o vendiendo. La primera vez que lo escuche no me llamo la atención, pero a medida que escuche comentarios empecé a pensarlo. Me mostraron un vídeo y vi el potencial del proyecto, mi cabeza como siempre no pudo dejar de pensar en ello.

No pude controlar mi imaginación, desde la que florecían nombres para dos suites temáticas, en honor a Felix Rodríguez de la Fuente o Carlos Soria, hasta un cambio de decoración y subida de precios, pasando por el modelo de reparto de dividendos y el compromiso con una política de inclusión. Me venían a la cabeza casos de éxito del sector, como Ilunion de la Once, Karma Kitchen de Nipun Mehta o cafeterías que solo contratan a personas sin hogar o en riesgo de exclusión. Múltiples ideas par reinversión en proyectos relacionados con la España vaciada, como una escuela de hostelería para jóvenes desempleados, o atender el hotel contratando a unos amigos africanos para ayudarles con su regularización.

Como siempre siguiendo mi intuición, no preocupándome tanto de los números ni de la operación, confiando en mi socio economista para cerrar el trato. Después de llegar a un acuerdo con el arrendatario actual, lo celebramos y empezamos a comercializar, conseguimos las primeras ventas esa misma noche para la semana del Paraísu Startup.


Ayer nos llego la noticia que no quería escuchar, el propietario no acepto el acuerdo y las nuevas condiciones no nos permiten cogerlo. Estoy tranquilo, quizá es lo mejor, seguir enfocado y no abrir un nuevo proyecto de cero. La verdad es que el objetivo de esta aventura no era económico, habíamos previsto invertir pero sobre todo irnos a vivir, ayudar a re-diseñar el concepto y arrancarlo para buscar una familia que viniese a operarlo. Se trataba de una apuesta más del Somiedo Living Lab, un experimento de la comunidad, innovando y co-diseñando proyectos en la ruralidad.

Nos encanta recibir gente en casa, lo hicimos construyendo una cabaña de madera en Colombia o abriendo el hostel de Ghana, es una vocación y una pedagogía para aprender con cada una de las visitas, seguro que más adelante surge otra oportunidad, de momento también acogemos invitados en la caravana.



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