top of page

La decisión

No soy un filántropo, no dispongo de gran capital ni puedo ser inversor de impacto como me gustaría. Sin embargo, en esta ocasión quería pasar a la acción. En estas semanas de cuarentena he visto muchas obras buenas, colectivos fabricando mascarillas de tela, pantallas de plástico con impresoras 3D, respiradores y material sanitario también. Acciones que me inspiran y alegran cada día, buenas intenciones y solidaridad a borbotones.

En primer lugar se me ocurrió ayudar compartiendo herramientas de desarrollo personal, abriendo gratis un curso online, recomendando películas y lecturas, haciendo mentorias y escribiendo en positivo sobre lo que sentía. En segundo lugar, pensé en Hola Ghana, aunque con el paso de las semanas todo se para y no podíamos hacer nada. Se me ocurrió arrancar un crowdfunding para comprar unos terrenos en África, para poder seguir con el proyecto a pesar de los contratiempos. No nos ha ido nada mal, hemos superado el 33% del total en el primer mes, quedan dos más para completarlo y poder comprarlos.

A nivel personal, ha sido un regalo este parón para poder disfrutar de nuestra hija un montón. Tan solo llevaba 5 meses en casa cuando todo empezó y tenía mucho trabajo este comienzo de año, por lo que estábamos pensando que empezase unas horas en la guardería por la mañana, pero no hizo falta. Veo que está siendo una oportunidad para poder disfrutarla, para poder dedicarla tiempo de calidad en estos primeros meses en casa, para poder demostrarle amor y empezar a cultivar nuestra relación. También hemos acogido a mi suegro, que es mayor y por ese motivo no he salido de casa, recluido para evitar contraerlo y ponerlo en riesgo.

Hace unos días recibí una petición, una familia con la que vivía en Ciudad Bolivar me pide ayuda, algunas personas de la comunidad necesitan alimentos porque viven al día, porque son muchas semanas sin trabajar y ya no aguantan más. Llego mi oportunidad, en lugar de pensar desde la escasez pienso desde la abundancia, en lugar de pensar que llevo dos meses sin cobrar, que debemos ahorrar por si nos hace falta, decidimos actuar y junto con mi esposa y familia colaborar. Es una pequeña gota en el océano, algo simbólico, pero se cierra el círculo, por fin puedo devolver el agradecimiento a esa comunidad del Paraíso donde viví en 2013 y que me trato con tanto cariño.

Confío que todo se arreglará pronto, que este año vendrán grande oportunidades y podré facturar para salir adelante. En Ghana tenemos grandes sueños y también estoy seguro que podremos seguir con ellos. Confío y tengo esperanza, dos aspectos clave para dormir tranquilo sabiendo que estoy haciendo lo que tengo que hacer y buscando oportunidades de generar un mayor impacto también.

Si quieres ayudar en Colombia te recomiendo hacerlo con TECHO que es una organización de confianza, puedes donarles directamente para mayor transparencia y ellos se encargan de rendir cuentas, gracias a voluntarios comunitarios y aliados locales se hacen las entregas, gracias a la solidaridad de muchos colombianos que desean ayudar a sus hermanos.

Tu decides, es el momento, vive desde la abundancia y empieza a disfrutar ayudando a los demás, es solo empezar, pero con el tiempo encontraras cada día más oportunidades para esto, algo estará cambiando dentro y cuando te quieras dar cuenta verás en la persona que te has convertido y como inspiras al resto.

Entradas relacionadas

Ver todo

El coach

El viaje

Entradas recientes
Buscar por tags
bottom of page