Acabo de regresar de un retiro, un momento muy especial donde reflexiono sobre todas las cosas buenas y oportunidades del año, sobre que salió bien y que se puede mejorar, sobre los viajes, sobre los objetivos logrados, sobre aprendizajes registrados, sobre las personas que he conocido, sobre como he mejorado mi calidad de vida y la vida de otras personas, sobre como he crecido, sobre todo lo vivido.
Hace cinco años en Colombia comencé con este nuevo hábito (gracias a mi amiga Alexandra), realizar un retiro una vez al año. Es un momento especial, que espero con ganas antes de navidad. No tengo prisas por cerrar, no pienso ya en los propósitos del año nuevo y las fiestas de guardar, no puedo dejar pasar una gran oportunidad.
Me voy al Rosal, un pueblito en Colombia a dos horas de Bogotá, disfruto de la vida monástica de los monjes Benedictinos, compartimos las comidas, los rezos y la austeridad, aprendo mucho y me dejo llevar.
¿Que es un retiro?
- Son 2 días en SILENCIO. En un mundo donde a todos nos gusta hablar y que nos escuchen, callamos y escuchamos.
- Son 2 días para AGRADECER las cosas buenas, la abundancia, salud, familia, amigos, trabajo, casa, comida...
- Son 2 días para PROYECTAR el nuevo año. Me permite crear una visión y aprender a proyectarme, pensando en las cosas que quiero lograr, me permite bajar objetivos y sueños, ver más allá del mes de enero.
- Son 2 días para REVISAR el año. Con la herramienta de PROGRESO puedo valorar los grandes avances y logros, comparando con año anteriores. En lugar de fijarme solo en los resultados, me fijo en como he progresado este año.
- Son 2 días para CAMINAR, rezar, meditar, reflexionar, escribir, pensar, orar, pedir, escuchar...
- Son 2 días para sentir y CONTEMPLAR la belleza de la naturaleza.
- Son 2 días para ti, para conocerte, para escucharte, para descansar, para desconectar, para sanar, para ver más allá.
