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So! Miedo!

Hace unos días tuve la oportunidad de visitar Somiedo, un parque natural en Asturias, España. A medida que pasamos Oviedo y nos acercamos, dejamos la autopista para enfilar una carretera nacional llena de curvas estrechísimas. Abajo el río y alrededor un paisaje abrumador. Llegamos a Pola de Somiedo a comer un bocadillo y después nos desplazamos a Caunedo para pasar 3 días en el Co-living del pueblo: The Rural Freehouse. El lugar resultó ser un remanso de paz, un pueblito entre dos montañas, con un bosque espectacular, ideal para caminar y conversar alrededor de la chimenea.


Uno de los días, después de una reunión de trabajo, fuimos a comprender los aprendizajes y aplicarlos. Cuando hablamos de confianza y control, yo siempre he tendido a vascular hacia la confianza, pero para no abusar de ella, es necesario llevar control y me costaba entenderlo. Por eso cuando me estaban asegurando para hacer escalada, nuestro Sherpa Dani nos recomendó confiar en la persona que nos ayudaba desde abajo, pero controlar y revisar los nudos y el cierre de seguridad para que no nos pase nada.

La verdad es que pase miedo. Si, dije miedo, porque hace mucho tiempo que no sentía eso. Era mi primer día de escalada, se trataba de subir una pared vertical de una montaña, no se si sería un quinto o un séptimo piso, pero para mi parecía un rascacielos de Manhattan. La verdad es que tengo mucho vértigo, paso miedo en las alturas, pero quería afrontar este reto y probar algo nuevo. La subida fue bien hasta que llegue a una grieta, donde me comentaron que debería ponerme en horizontal, haciendo presión con los pies para subir por la grieta con las manos, la verdad no se como pude lograrlo. Lo peor fue al llegar arriba, porque no podía relajarme como los demás contemplando el paisaje, estaba temblando. Ahí es cuando viene la parte divertida y me dicen que suelte las manos, que me deje caer hacia atrás para bajar. He visto muchas películas de 007 donde lo hacen, pero yo prefería bajar como había subido, pegado a la pared muy despacio. Evidentemente esa no era una opción y me tocó confiar y soltarme al vacío.


Somiedo me recordó a los mejores momentos de mi infancia, caminando por la Naturaleza, contemplando el fuego y divirtiéndome como un niño pequeño. El lugar tiene un gran atractivo turístico y también para nómadas digitales que están dispuestos a abandonar las ciudades. Sin duda que te hace pensar que tipo de vida quieres llevar, y si tienes la respuesta…


¿Te conformarás con vivirla solo en vacaciones?


¿Estás dispuesto a hacer cambios para vivir la vida que quieres vivir todo el año?




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