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Tres claves para emprender

Antes de empezar el día hoy, pregúntate como afectan tus decisiones a los que te rodean y al planeta. Es el momento de mirar más allá, de despertar conciencia, de consumir consciente, de preocuparnos por la madre tierra. Pueden ser acciones sencillas, como mirar las etiquetas de los productos que compramos en los supermercados, como dejar el coche e ir caminando, como comprar en una librería del barrio en lugar de pedir por Amazon, como donar a una ONG o un banco de alimentos de tu ciudad, como comprar ropa hecha con material reciclado en lugar de camisas de 3 euros de Stradivarius, como saludar a las personas que te cruzas en el portal.

Algunos hablan de volver a la normalidad, otros de la nueva normalidad, a mi me gusta la denominación NEVER NORMAL, porque nada volverá a ser normal, cambiarán nuestros hábitos, nuestras formas de consumir y relacionarnos, nuestras formas de comunicarnos y desplazarnos, nuestras rutinas y trabajos, tendremos que ir adaptándonos, pero si hay algo claro es que era necesario.

En estos momentos soy uno de esos locos que quieren abrir empresa, estoy lanzando un nuevo proyecto, espero que además de impacto genere empleo. Pero lo más importante es preguntarme por qué lo hago, por qué me complico en lugar de vivir más tranquilo, por qué me arriesgo y me meto en todo este lío en este momento, pero ya se la respuesta, siempre ha estado clara, desde que hace 10 años encontré el propósito al que dedicar mi vida, un POR QUÉ que la ilumina, una razón para trabajar y esforzarme cada día, un motivo que me llena de orgullo e ilusión, una forma diferente de afrontar la vida y pasar por este mundo, algo único. El propósito de esta nueva empresa es masivo, se trata de democratizar el acceso a educación de calidad en emprendimiento e innovación social. Queremos llegar a 1 millón de jóvenes, pero no vale llegar de cualquier forma, llevaremos un balance económico, social y ambiental, algo fundamental.

Hacer empresa hoy ya no es como antes, es necesario mirar el beneficio a la sociedad y la sostenibilidad desde el punto de vista ambiental. Sin estas premisas en mente seguimos haciendo empresa con el fin de lucrar a socios y accionistas sin otro motivo aparente. Es el momento de parar y reflexionar, de recordar el propósito noble de las empresas en la sociedad, de re-diseñar o re-descubrir el de la nuestra, el de nuestros empleados, socios o aliados, es el momento de buscar colaboraciones por valores, de inspirar a las sociedad otras formas de entender el éxito y la felicidad. La verdad es que tengo mucha fe, un gran capital relacional, confianza en mi y en mi proyecto, un propósito claro así que no hace falta nada más para empezar esto.

Tres claves para emprender: Preguntarse el POR QUÉ, entrenar la CONFIANZA y cultivar las RELACIONES.

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