Sólo nos queda una semana para regresar a casa, para viajar de nuevo a Colombia, donde hoy está nuestro hogar, ese que hemos ido creando poco a poco con el paso de los años. No es algo fijo o estático, no es el lugar donde jubilarnos (¿quién sabe?), no es el trastero donde acumulamos cosas o el espacio donde cambiamos los muebles y pintamos cada dos años. Se trata de un lugar estratégico para nuestro propósito y nuestro estilo de vida, un lugar que nos ha permitido hacer realidad nuestros proyectos personales (como la adopción) y profesionales (como The SOCIAL MBA), un lugar donde recibimos amigos y desconocidos, donde cultivamos, recibimos y regalamos, ese es el lugar que habitamos.
En realidad no se que pasará en los próximos años, por un lado está la opción de seguir en Colombia, por otro venirnos a vivir a España y también sin duda, siempre tenemos en nuestra mente y nuestro corazón Ghana, en África. Por supuesto, sigue estando en pie la opción actual, de vivir 10 meses al año en un lugar y viajar 2 meses fuera. Hoy nos funciona bien vivir en Colombia y viajar a España y Ghana, pero quizá el orden con el tiempo cambia.
En cuanto a España, me doy cuenta que mis padres se van haciendo mayores y me gustaría estar más aquí para acompañarlos, Lucia ha compartido momentos muy bonitos con las hijas de mis amigos y sería maravilloso poder cultivar esa amistad más cercana, vuelvo a ver el mar y siento paz, comparto con mi hermano y mis sobrinos momentos cotidianos que luego recuerdo todo el año, visitamos diferentes pueblos y entendemos que podemos arrancar de nuevo y crear un hogar similar al actual, con huerta, gallinas y calidad de vida.
En Colombia me sigue atrayendo la desigualdad social, el pulso vital, la admiración por líderes sociales que se juegan la vida para ayudar a sus comunidades o proteger los recursos naturales, la Universidad de la vida que supone entender los procesos sociales.
En Ghana estamos sembrando, acabamos de comprar 4 terrenos en una zona rural, para seguir adelante con los proyectos de Hola Ghana. Me gustaría pasar más tiempo allá para que los proyectos se acelerarán, también que Lucía pueda vivir esa realidad desde pequeña, por supuesto me atrae la idea de que aprenda a hablar inglés que le abrirá muchas puertas, y que pueda adquirir una visión global y un espíritu de hermandad.
La decisión no tenemos que tomarla ya, es bueno ir pensando y teniendo varios planes a la mano, seguimos trabajando para que se den las cosas, todo llega a su hora.
