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Vuelvo a Cantabria

Después de 6 meses en Somiedo cerramos un ciclo para regresar a casa. Han sido unos meses extraordinarios, de mucho aprendizaje y conexión con la naturaleza, de visitas de amigos y familiares, de conocer nuevas personas y pasar momentos inolvidables.

Siento un agradecimiento a la vida por esta experiencia vivida, por la fauna y por la flora, sobre todo por la calidad humana de las personas. Recordaré siempre cuando vi a la Osa Clarita con sus crías frente al pueblo de Caunedo, o cuando me salió un Jabalí de camino a la Braña o ver una docena de Buitres salir volando a un metro de distancia. Los baños en el río, en la poza de Castro o en el valle del lago, las caminatas por el Puerto y Saliencia, los picnics ya cruzando a León, por la Veiga de los Viejos, o las visitas a Villablino o Belmonte a comprar algunos suministros.

Como no mencionar las cenas agradables en La Casona de Lolo o los cachopos junto al río de Meirel, los recuerdos de la infancia que regresaban cuando entraba en casa Pepe, la hospitalidad de Aurelio del Camping, los desayunos en Casa Miño o el Hotel. También el Ecomuseo de Caunedo con sus historias de los Vaqueiros, las tardes en el invernadero donde sembré tomates y pimientos, el Paraisu Startup que fue muy especial o el bautizo de Lucía en Pola de Somiedo.


Me resulta especialmente difícil la despedida de personas con las que en tan poco tiempo hemos creado un vínculo auténtico. Se que nuestra peque nos facilitó mucho la integración en el pueblo, porque era la nueva atracción, más querida que los Osos. Gracias a ella fuimos conociendo a Benilda, Abel, Josefa, Julio, Yoli, Silvia, Eloy, Lolo y tantos otros. Se que para algunas personas el invierno será más frío sin su compañía, como uno de ellos me dijo al comunicarle la noticia: "Qué poco dura la alegría en la casa del pobre”.

Agradezco a cada persona que nos ha hecho fácil y maravillosa esta aventura Somedana, especialmente a Dani "el de Gua", que nos abrió las puertas de su casa, que desbordó confianza y generosidad, que nos abrió su corazón y con el que aprendimos más cosas en este tiempo, un MBA de tiempo completo.


Nos vamos para estar más cerca de casa, después de 15 años regreso a Cantabria. Vamos a estar cerca de los abuelos de Lucía, para que les de unos años más de vida, para que aprenda valores de la familia, para que disfrute de los primos y del tío, para que empiece a crear vínculo con la Mar, para que el salitre le resulte familiar. A todos y cada uno: G R A C I A S



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