La naturaleza de la MEDITACIÓN
El fin de semana estuve en un valle perdido, entre Cantabria, País Vasco y Castilla y León, por primera vez vi el nacimiento del Asón. Me gustó conocer sus fiestas populares, platos típicos y casonas con balcones acariciando el aire. Hacía frío, bastante frío, y disfruté sintiendo el aíre en la piel, durmiendo abrigado en un albergue de antaño. Se trataba de una casona tradicional, reformada en medio de la nada. Al levantarme contemplé como la niebla tapaba las montañas, como