Llegamos a una nueva casa, sacamos la televisión (para que deje de ser el centro de atención), algunos cuadros, cojines, muebles y reorganizamos para crear un ambiente con más espacio. Sentimos que la casa estaba muy cargada y de nuevo dejamos paredes blancas que nos relajan. También enfrentamos dos sofás en el salón para poder conversar con los invitados. Separamos con una estantería el lugar de trabajo, para que resulte fácil entender cuando uno necesita estar concentrado. Llené la estantería con mis libros favoritos, todos leídos, poco más de 100, muchos se quedaron en Colombia esperándome. Da gusto ver ese colorido y elegancia a la vez, combinados con los cuadros de Lulu quedan muy bien.
Nos instalamos en Villasevil, un pueblito de Santiurde de Toranzo, de vuelta en Cantabria, a 35 minutos de Santander, con verdes montañas y el río Pas surcando muy cerca de casa. Tenemos el colegio de Lucía a 10 minutos caminando, varios parques, centro de salud, farmacia y bares. También varias rutas para caminar y hacer deporte, nos hablaron incluso del Caracol, una montaña donde llevar a Lucía para que conozca la nieve y se deslice en trineo como Heidi. La verdad es que es un sitio amplio, orientado al sur, con buena luz natural, con espacios verdes y camas para recibir invitados y que se queden. También vemos muchos niños alrededor, familias de nuestra edad y buen rollo vecinal.
Volvemos a empezar, se mantiene lo rural aunque con un toque señorial, prima la comodidad pero tenemos claro nuestro estilo de vida sencilla, esta vez más cerca de la familia. Sigo concentrado en mi propósito, pero me adapto este mes al ciclo natural, anochece primero y llega el invierno para reposar y reflexionar. Creo que es necesario ajustar nuestro trabajo a las diferentes épocas del año, entender los momentos importantes, como las fiestas navideñas es clave. En Colombia sentía que todo el año era igual, trabajando al mismo ritmo sin parar, ahora entiendo que es algo antinatural, que debo sincronizar con las estaciones y mantener la calma a pesar de las tentaciones.
Y tu … ¿Te atreves a empezar de nuevo?
