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Consume con estilo

Esta cuarentena es una buena oportunidad para revisar nuestro estilo de vida, para valorar lo realmente importante, lo que somos en lugar de lo que tenemos, los que nos quieren en lugar de los seguidores en redes, la salud en lugar del lujo, lo básico, lo importante, lo único. Reflexiono estos días como mejoraría mi vida un coche de lujo si no puedo moverlo, un armario lleno de ropa de marca si puedo estar en pijama, un reloj espectacular si tengo el de la sala de estar, un iPhone si solo necesito WhatsApp para hablar. Sin duda son artículos y juguetes que la sociedad nos sugiere, que asociamos al éxito, que las “celebrities" nos muestran, que suben nuestro estatus y reconocimiento, que nos hacen parecer más frente al resto.

En Suiza las casas y edificios tienen un búnker de emergencia, en Estados Unidos hay gente pagando sumas millonarias por empresas de seguridad y de rescate en caso de catástrofe, incluso emprendedores vendiendo tickets para ir a la Luna o a Marte. Sin duda el dinero y la tecnología está aumentando las desigualdades, sin duda algunas personas tendremos acceso a biotecnología antes que nadie, podremos pagar salud privada en sociedades donde lo público se cae, encerrarnos en una casa mientras más de 6.000 millones de personas están en las calles sin esas comodidades.

Pero para la mayoría de los 1.500 millones de personas que se estima vivimos en el “primer mundo” y estamos encerrados en este momento, que hemos sido bendecidos desde que nacimos, que nos toco cara en lugar de cruz, que tenemos las necesidades básicas prácticamente cubiertas, los lujos y las comodidades muchas veces nos restan. Siento que muchas personas sacrifican su propósito y empeñan su tiempo para obtener estos lujos, dejando de trabajar con sentido para hacerlo por un préstamo adquirido. Siento que antes de la crisis ya había muchas personas deseando cambiar su vida y espero que en este momento se decidan.

La invitación es a volver a lo básico, a vivir ligeros de equipaje, sin muchos excesos y comodidades, viviendo libres para buscarle un sentido a la vida, para encontrar una motivación, un motor, algo que nos haga felices, que nos permita trascender y ser recordados, que sirva a aquellos que tenemos al lado. Si estas en casa y dispones de internet con banda ancha, estas en este grupo, para un minuto. Piensa en el precio que estás pagando por vivir cómodo y suelta algo de equipaje, incomódate un poco para valorar más las necesidades de otros, no te des el último capricho y dedica ese dinero a una causa que vaya contigo, prueba con pequeños experimentos, como ir menos de restaurante, ayunar de vez en cuando, no ir a la moda, usar transporte público, hacer voluntariado o vivir en el campo, re-diseña tu estilo para encontrar el sentido.

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