top of page

La confianza

La confianza es sentir que he encontrado mi camino, es una sensación de que puedo lograr cosas grandes, de que soy dueño de mi destino. Distingo entre autoconfianza o confianza en uno mismo y la confianza en los demás, creo que ambas se pueden entrenar.

Para mi la confianza se basa en el entrenamiento y el propósito. Entrenar cada día para ser mejor y para desarrollar mi potencial humano y de servicio. Me levanto a las 4am y me regalo 2 horas, leyendo, escribiendo un diario, viendo vídeos inspiradores, entrevistas o conferencias, meditando, haciendo ejercicio, duchándome con agua fría, contemplando el amanecer, planeando el día… Llevo 7 años con esa rutina, con la sensación de progreso continuo y me ha permitido acortar los tiempos para lograr resultados, me ha permitido creer y lograr hacer realidad sueños extraordinarios.

En cuanto al propósito, se trata de trabajar por algo más grande que uno mismo, dejar de mirarse el ombligo y preocuparse por los demás, hacer algo por el planeta o la humanidad. Mi propósito es elevar la conciencia de las personas para construir un mundo más humano. No es un trabajo, es un proyecto a 50 años y lo puedo llevar a cabo de diferentes maneras: Dirigiendo Hola Ghana donde replicamos un viaje que a mi me cambió la vida, también creando The SOCIAL MBA para desarrollar agentes de cambio, practicando la teoría del tinto, dando conferencias, talleres y consultoría en empresas, cátedras en Universidades, escribiendo Un camino hacia el alma o mi blog todas las semanas, grabando un curso online… Si no soy buen gestor y Hola Ghana no trasciende, puedo seguir con el MBA, si nadie se inscribe o le interesa, seguiré dando conferencias, si también se cansan de escucharme, sigo en la academia o seguro encontraré otros caminos para brillar y servir a los demás.

A los 21 descubrí lo que podía lograr si creía en mi, cuando abrí mi primera empresa, Polo Café-bar, un sueño hecho realidad. Después de 8 meses de obras, de engaños, falta de liquidez y embargos, logré abrir el negocio aunque lo quebré a los 3 años. En ese momento de mi vida aprendí a convivir con la soledad y hoy es gran compañera de viaje. El día de la inauguración, el bar estaba lleno, estaba rodeado de amigos, nunca había visto a mi mamá tan feliz, pero en el fondo me sentía solo, nadie sabía todo lo que había tenido que pasar para llegar ahí. Cuando quiebro el negocio, el teléfono ya no suena, ya no me invitan a cenas, la gente se cambia de acera, si, me quedaban algunos buenos amigos, pero de nuevo me sentía solo. Así que para mi ha sido importante aprender a vivir con la soledad, aprender a gestionarla.

Otro momento clave fue el Camino De Santiago. Hay un aspecto espiritual que no sabría como explicar, pero hay otro aspecto de sentido común. Por lo general uno tiene dos semanas de vacaciones en verano y dos en navidades. Pero disfrutar de un mes caminando mucho tiempo solo, cerca de 800 kilómetros, me ayudó a saber lo que no quería. Es más fácil saber lo que uno no quiere que lo que uno quiere en la vida. Caminando a Santiago entendí que mi vida entra en una mochila, aprendí a vivir ligero de equipaje. Además, descubrí como es posible superar los límites físicos que creía que tenía mi cuerpo, no había entrenado y logré llegar a Santiago.

Yo creo que no he perdido la confianza en ningún momento, pero que dudar es humano y que se aprende mucho de los fracasos. La verdad es que siempre me ha gustado tener plan B, C, D, proyectarme e intentar lo difícil y el lograr lo difícil me ha permitido creer en que lo imposible no está tan lejos, como diría Galeano, la utopía me ha servido para caminar.

La verdad es que con el paso de los años cada día valoro más tener siempre un lugar donde poder regresar y un hermano con el que poderme apoyar. Ese hogar es la casa de mi madre en Santander, acercarme al mar, mi familia y amigos, donde no me van a juzgar, donde coger fuerzas para volver a arrancar.

Entradas relacionadas

Ver todo

El coach

La boda

Entradas recientes
Buscar por tags
bottom of page