Cómo definir esta resbaladiza palabra que define todo pero no significa nada, que no se ve pero se siente, que no se explica pero se nombra, que no se escucha pero se huele. Cómo explicar a escépticos lo que significa este sexto sentido, este instinto dicen que femenino, esta magia o sensación grata, esta sonrisa pícara que aquieta el alma.
En diferentes momentos de mi vida he podido experimentar y desarrollar este músculo humano, hasta convertirlo en mi aliado. En momentos de incertidumbre y especialmente momentos de cambio, este aliado vino para ser mi salvación e infundirme de la energía necesaria para tomar una decisión. Se trata de la intuición, no de la suerte o la casualidad, tampoco de la fortuna o la inteligencia mental, no son consejos ni trabajos concretos, es una sensación única que te ayuda a avanzar y romper con el bloqueo a la hora de actuar.
Creo que la clave está en arriesgar, en atreverse a hacer cosas sin mucho pensar, en intentar proyectos sin importancia de fracasar, en equivocarse para volverse a levantar, en dejar de lado el que dirán. Con el pasar de los años este algoritmo se va alimentando, es como la inteligencia artificial, llega un momento que no se va a equivocar, que te conoce mejor que tu mismo y te muestra que dirección tomar. Considero que son las crisis o situaciones extremas las que más lo alimentan así como las relaciones y conversaciones con diferentes personas.
Sugiero ser un “early adopter” o pionero en esta vieja tecnología, dando oportunidad para que se alimente de datos en tu día a día, para que te vea en situaciones incómodas y registre tus sensaciones, para que realice un escáner de tus emociones. Contra primero volemos en la vida, tomemos decisiones propias y pensemos de forma crítica, contra primero salgamos del proteccionismo familiar, viajemos o emprendamos, peregrinemos o nos quebremos, tanto antes comienza el algoritmo a funcionar, es como un “google home” en tu vida personal.
Llega un momento en que sientes que vuelas a favor del viento, que esta vez es diferente y tomas una decisión cueste lo que cueste. Llega un día en que la confianza aumenta, la balanza se desequilibra y las dudas ya no aprietan. El miedo deja paso a la decisión, en cada acto que realizas en una sola dirección. Ya no te importan las otras opciones porque tienes por delante un camino lleno de nuevas emociones.
“… al andar se hace camino, y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca has de volver a pisar...” (A. Machado).
Si te equivocas o aciertas es lo de menos, estas orgulloso de ti mismo porque ya no estás en el mismo sitio. Así que te invito a que a partir de ahora dejes de consultar a la almohada y escuches más las corazonadas. Te invito a que seas un nerd o un geek de la inteligencia artificial, esa que acabamos de comentar, que en el fondo es mucho natural.
Y tu, ¿Cómo te relacionas con la intuición?
