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Se acerca la Navidad, época para soñar


Ya comienzo a ver las luces por todos lados, los colores de coca-cola que rodean comercios y hogares. Ya comienza la fiebre de las compras, las ofertas navideñas y el consumo descontrolado, ya comienza la cultura de los regalos. Escribo estas líneas unas semanas antes de viajar a España, invitando a pensar sobre algunas ideas para esta navidad.

Regreso a casa por Navidad y lo que más valoran de mi visita es compartir tiempo juntos en familia. No hay planes importantes o restaurantes exclusivos ni vestidos de noche, no hay muchos regalos ni derroche, solo hay amor y ganas de diversión. Ver la cabalgata de los Reyes Magos con mis sobrinos es una tradición, coger el coche y dormir en un pueblo una noche es mejor que un parque de atracciones; tomar el vermut, un picnic en el pinar de Liencres o jugar fútbol en el pasillo, es algo sencillo. Cocinar con mi mama (o mejor dicho, picotear a su lado mientras ella cocina), tomar un vino con mi papa, preparar una cena casera con mi hermano, dormir con mis sobrinos en el sofá cama, decorar el árbol con la estrella del Mercedes viejo de mi padre que se ha dañado, caminar por el Sardinero para ver el mar, comer el Rosco de Reyes con un chocolate espeso, contar historias comiendo el turrón y viendo las campanadas en la televisión… son cosas de mucho valor.

¿Por qué no cambiamos la cultura de los regalos por la cultura de los abrazos?

¿Te imaginas regalar experiencias en lugar de cosas para la cocina o más juguetes para niños que no los necesitan?

¿Te imaginas regalar libros que alimentan la mente en lugar de escopetas que alimentan la guerra?

Trato de salirme de los regalos ordinarios, esos que salen en los catálogos de las tiendas y se pegan por encontrarlos. Trato de regalar libros a mis sobrinos, pijamas o ropas africanas, jerseys para ponernos tres personas el mismo, algo de café Ruiseñor de Viotá, sobre todo experiencias, experiencias cada vez más, TIEMPO, que no se paga con dinero. Te invito a pensar dos veces antes de comprar, a definir el propósito que con tu regalo quieres lograr.

¿Te imaginas elegir regalos que promuevan Solidaridad y Paz, en lugar de Competición y Guerra?

Es Navidad, es época para soñar, soñar con un mundo más bello, donde nos acerquemos a los que lo necesitan, donde rompamos paradigmas; soñar con mejorar las condiciones de nuestros hermanos que viven una pesadilla, soñar con que no mueran más Africanos al cruzar el Mediterráneo, soñar con una Educación gratuita y de calidad, soñar con la Madre Teresa y su mensaje global, soñar con que juntos somos más.

Es tiempo para darnos a los demás, para regalar una cesta a un vecino, para visitar los hogares geriátricos a pasar un ratito, para dar de comer y escuchar a personas sin hogar, para hacer voluntariado y aprender a ver el mundo desde el otro lado.

Esta Navidad no compres tanto, regálate a ti mismo, organiza algo mágico; piensa con la cabeza y diseña experiencias, momentos inolvidables que no se borren con el paso del tiempo, cosas valiosas pero que no tengan precio, planes junto a tu familia que no se encuentran en Groupon, noches de película que no se encuentran en Netflix, escapadas juntos que no puedes hacer con Uber, usa disfraces, canciones o dulces…

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